
Quizá sí que me entendieras,sonreíste y les diste un abrazo. Nos fuimos los cuatro a recorrer la ciudad. Tú buscabas a alguien, yo pensaba que se trataba de una mujer, pero era tu amigo de infancia. Pero ¿cómo encontrar a un amigo entre miles de personas que se abrazan,cantan beben y bailan por las calles? Entonces dijiste que el mundo era grande,y la amistad, inmensa. No sé si fue por tu acento o por la ingenuidad de tu frase, pero esa idea me pareció deliciosa.
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